El virus del HPV (human papiloma virus), son en realidad muchas familias (40 TIPOS)  de diferentes virus que nombran con números (se numeran por ejemplo: 16, 33, etc).

Cada familia o número tienen algunas diferencias biológicas y algunas producen o evolucionan hacia verrugas o hacia lesiones premalignas o malignas a lo largo del tiempo de infección.

Un gran número de mujeres se infectan a lo largo de su vida sexual activa, generalmente desde el inicio de las relaciones sexuales. Muchas de ellas (80%) resuelve sola la infección antes de llegar a los 30 años.

Es por esto que en lesiones que solo presentan HPV sin progresión sospechosa sòlo se controlan, sin tratamiento.

Los tratamientos sòlo destruyen las lesiones, no combaten el virus. Este se queda en la piel y a partir de allí, puede dar una nueva lesión.

El peligro es la progresión hacia lesiones malignas del cuello del útero, vagina, vulva, etc. 

El virus se contagia por contacto de piel a piel, por lo cual no hay prevención posible ni aún con el uso de preservativos.

Siempre hay una relación entre el agente patógeno ( en este caso el virus del HPV ) y el huésped (y su inmunidad).

Por todo esto es que se realizan pesquisas de enfermedad frecuentes en pacientes aún asintomáticas.

La infección natural no deja, ni aún curada espontáneamente, anticuerpos o defensas en la persona que la supera.

Prevención primaria: vacunas.

La única forma de desarrollar anticuerpos efectivos contra el virus de HPV son las vacunas.

Actualmente hay dos diferentes:

A) Una que protege contra las 4 familias más frecuentes encontradas como causales en los cánceres de cuello uterino; se aplica en 3 dosis: 1 hoy, la 2da en 1 mes y la tercera en 6 meses.

B) La otra protege contra las 2 familias más frecuentemente causales de cáncer de cuello y las 2 familias más frecuentemente vinculadas con las verrugas genitales. Y se aplica también en 3 dosis: una hoy, la 2da en 2 meses y la 3ra en 6 meses.